Actividades Educativas Adaptadas a Cada Edad

El aprendizaje en la infancia es fundamental para el desarrollo integral de los niños. Variadas actividades educativas están diseñadas específicamente para fomentar este crecimiento, adaptándose a las diferentes etapas de desarrollo infanto-juvenil.

Actividades para Niños de 6 a 8 Años

En la franja de edad de 6 a 8 años, los niños disfrutan aprendiendo a través de juegos y actividades creativas que estimulan su imaginación y promueven el desarrollo de habilidades cognitivas. Este periodo es clave para el descubrimiento y la exploración, donde los niños empiezan a construir su curiosidad intelectual.

Las Justicieras del Hambre (8 a 10 Años)

Para los niños de 8 a 10 años, Las Justicieras del Hambre ofrece una oportunidad excepcional de reflexión sobre temas de importancia social mientras desarrollan habilidades de colaboración y trabajo en equipo. A través de esta actividad, los niños aprenden la importancia de la empatía y el impacto positivo que sus acciones pueden tener en su entorno.

El Futuro lo Construimos Ahora (10 a 12 Años)

Los niños de 10 a 12 años se encuentran en una fase en la que comienzan a formar su propia visión del mundo. El Futuro lo Construimos Ahora les ofrece un espacio para analizar y desarrollar propuestas creativas sobre cómo el mundo puede ser mejorado. Esto no solo los involucra en el proceso de reflexión crítica sino que también les permite asumir protagonismo en la construcción de un futuro sostenible.

Festival de Cortos: "Corta", Las Semillas Mágicas

El Festival de Cortos "Corta" es una oportunidad para que los niños de diferentes edades exploren sus habilidades creativas a través del cine. Las experiencias compartidas en estas actividades sirven de inspiración y motivación para muchos, demostrando el poder del arte como vehículo educativo.

El aprendizaje no solo se trata de actividades estructuradas; también abarca experiencias cotidianas. Viajar y hospedarse en diferentes alojamientos son maneras en las que las familias pueden enriquecer el aprendizaje de los niños fuera del aula. Un hotel puede ser el punto de partida para nuevas aventuras y descubrimientos, proporcionando un entorno seguro y cómodo para que los más pequeños se sumerjan en nuevas culturas y experiencias, complementando así el aprendizaje activo y práctico que las actividades educativas promueven.